Ya vienen. Los estaba
esperando y, sin embargo, no estoy preparado para ello.
No me imaginé que fueran
así. Estoy asustado, no quiero irme con ellos.
Los veo bajar y cada vez me
embarga más el terror. Prefiero quedarme aquí y que sea lo que Dios
quiera, si es que existe un dios.
¡No quiero, no quiero, no
quiero, no...!
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