Todos los demás
se fueron, abandonaron sus sueños sin mirar atrás. Yo me resistía
a hacerlo.
Quería vivir en
mi país y si eso incluía el ser un rebelde así sería.
Quería un futuro
mejor para mis hijos, un futuro sin temor ni represiones, un futuro
donde pudiera mirar a los ojos de la gente y no viera en ellos miedo
y angustia.
Estoy seguro que
hay muchos igual que yo y que si unimos nuestras fuerzas podemos
derrocar al gigante, igual que hizo David con Goliath. Ahora mi tesón
es encontrarlos y hacer un frente en común para que se nos oiga. Nos
buscarás y nos distinguirás al momento porque andamos con la cabeza
erguida, sin temor, pero con la prudencia de no hacernos destacar
demasiado entre los demás.
Algún día todo
esto habrá sido una pesadilla y como tal, al despertar se
desvanecerá.
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